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La composición química de los océanos cambia a un ritmo sin precedentes, alertaron científicos.

13 de febrero del 2011
La composición química de los océanos cambia a un ritmo sin precedentes, alertaron científicos
La corrosión y el nivel de acidez se eleva cada vez más produciendo graves daños, reveló un estudio del Consejo Nacional de Investigación de EE.UU.

Jueves 22 de abril de 2010
(faunatura.com)
Washington, EE.UU. (Reuters).- Las emisiones de dióxido de carbono que contribuyen al calentamiento global también están acidificando a los océanos al ritmo más rápido en cientos de miles de años, informó el jueves el Consejo Nacional de Investigación de Estados Unidos.

“La composición química del océano está cambiando a un ritmo y magnitud sin precedentes debido a las emisiones de dióxido de carbono producidas por el hombre”, dijo el consejo. “El ritmo del cambio supera cualquier otro que haya ocurrido por lo menos en los pasados cientos de miles de años”, agregó.

CORROSIÓN
La corrosión sucede cuando el dióxido de carbono es absorbido por los océanos y reacciona con el agua produciendo ácido carbónico. A menos que las emisiones de dióxido de carbono sean contenidas, los océanos se volverán más ácidos, afirmó el reporte.

Una mayor acidez del océano corroe los arrecifes de coral, interfiere con la capacidad de algunas especies de peces de hallar sus colonias y puede dañar a los mariscos comerciales como mejillones y ostras evitando que formen sus conchas protectoras.

Los océanos absorben aproximadamente un tercio de todas las emisiones de dióxido de carbono generadas por el hombre, incluidas las de la quema de combustible fósil, la producción de cemento y la deforestación, agregó.

NIVEL DE ACIDEZ
El aumento en la acidificación es 0,1 puntos en la escala de 14 puntos del pH, lo que significa que este indicador ha cambiado más desde el comienzo de la Revolución Industrial que en cualquier momento en los últimos 800.000 años, según el estudio.

Científicos han estudiado este creciente fenómeno durante años, pero la acidificación del océano es generalmente una prioridad menor en las discusiones internacionales y en Estados Unidos sobre el cambio climático.

En una audiencia el jueves en el Congreso de Estados Unidos, la actriz Sigourney Weaver, estrella de la película “Avatar” y narradora del documental “Acid Test” sobre la acidificación del océano, habló de sus peligros.

“Creo que la ciencia es tan irrefutable y fácil de entender y (...) ya se nos ha acabado del tiempo de discutir esto”, dijo Weaver por teléfono luego de la audiencia. “Ahora tenemos que entrar en acción”, agregó.





Lluvia ácida
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Efectos de la lluvia ácida en un bosque de la República Checa.La lluvia ácida se forma cuando la humedad en el aire se combina con los óxidos de nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo. En interacción con el vapor de agua, estos gases forman ácido sulfúrico y ácidos nítricos. Finalmente, estas sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones, constituyendo la lluvia ácida.


Los contaminantes atmosféricos primarios que dan origen a la lluvia ácida pueden recorrer grandes distancias, siendo trasladados por los vientos cientos o miles de kilómetros antes de precipitar en forma de rocío, lluvia, llovizna, granizo, nieve, niebla o neblina. Cuando la precipitación se produce, puede provocar importantes deterioros en el ambiente.

La lluvia normalmente presenta un pH de aproximadamente 5.65 (ligeramente ácido), debido a la presencia del CO2 atmosférico, que forma ácido carbónico, H2CO3. Se considera lluvia ácida si presenta un pH de menos de 5 y puede alcanzar el pH del vinagre (pH 3). Estos valores de pH se alcanzan por la presencia de ácidos como el ácido sulfúrico, H2SO4, y el ácido nítrico, HNO3. Estos ácidos se forman a partir del dióxido de azufre, SO2, y el monóxido de nitrógeno que se convierten en ácidos.

Los hidrocarburos y el carbón usados como fuente de energía, en grandes cantidades, pueden también producir óxidos de azufre y nitrógeno y el dióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo.

Formación de la lluvia ácida
Una gran parte del SO2 (dióxido de azufre) emitido a la atmósfera procede de la emisión natural que se produce por las erupciones volcánicas, que son fenómenos irregulares. Sin embargo, una de las fuentes de SO2 es la industria metalúrgica. El SO2 puede proceder también de otras fuentes, por ejemplo como el sulfuro de dimetilo, (CH3)2S, y otros derivados, o como sulfuro de hidrógeno, H2S. Estos compuestos se oxidan con el oxígeno atmosférico dando SO2. Finalmente el SO2 se oxida a SO3 (interviniendo en la reacción radicales hidroxilo y oxígeno) y este SO3 puede quedar disuelto en las gotas de lluvia, es el de las emisiones de SO2 en procesos de obtención de energía: el carbón, el petróleo y otros combustibles fósiles contienen azufre en unas cantidades variables (generalmente más del 1%), y, debido a la combustión, el azufre se oxida a dióxido de azufre.
S + O2 → SO2
Los procesos industriales en los que se genera SO2, por ejemplo, son los de la industria metalúrgica. En la fase gaseosa el dióxido de azufre se oxida por reacción con el radical hidroxilo por una reacción intermolecular.
SO2 + OH· → HOSO2· seguida por HOSO2· + O2 → HO2· + SO 3
En presencia del agua atmosférica o sobre superficies húmedas, el trióxido de azufre (SO3) se convierte rápidamente en ácido sulfúrico (H2SO4).
SO3(g) + H2O (l) → H2SO4(l)


El NO se forma por reacción entre el oxígeno y el nitrógeno a alta temperatura.
O2 + N2 → 2NO
Una de las fuentes más importantes es a partir de las reacciones producidas en los motores térmicos de los automóviles y aviones, donde se alcanzan temperaturas muy altas. Este NO se oxida con el oxígeno atmosférico,

O2 + 2NO → 2NO2, y este 2NO2
y reacciona con el agua dando ácido nítrico (HNO3), que se disuelve en el agua.

3NO2 + H2O → 2HNO3 + NO
Efectos de la lluvia ácida
La acidificación de las aguas de lagos, ríos y mares dificulta el desarrollo de vida acuática en estas aguas, lo que aumenta en gran medida la mortalidad de peces. Igualmente, afecta directamente a la vegetación, por lo que produce daños importantes en las zonas forestales, y acaba con los microorganismos fijadores de N.

El termino "lluvia ácida" abarca la sedimentación tanto húmeda como seca de contaminantes ácidos que pueden producir el deterioro de la superficie de los materiales. Estos contaminantes que escapan a la atmósfera al quemarse carbón y otros componentes fósiles reaccionan con el agua y los oxidantes de la atmósfera y se transforman químicamente en ácido sulfúrico y nítrico. Los compuestos ácidos se precipitan entonces a la tierra en forma de lluvia, nieve o niebla, o pueden unirse a partículas secas y caer en forma de sedimentación seca.

La lluvia ácida por su carácter corrosivo, corroe las construcciones y las infraestructuras. Puede disolver, por ejemplo, el carbonato de calcio, CaCO3, y afectar de esta forma a los monumentos y edificaciones construidas con mármol o caliza.

Un efecto indirecto muy importante es que los protones, H+, procedentes de la lluvia ácida arrastran ciertos iones del suelo. Por ejemplo, cationes de hierro, calcio, aluminio, plomo o zinc. Como consecuencia, se produce un empobrecimiento en ciertos nutrientes esenciales y el denominado estrés en las plantas, que las hace más vulnerables a las plagas.

Los nitratos y sulfatos, sumados a los cationes lixiviados de los suelos, contribuyen a la eutrofización de ríos y lagos, embalses y regiones costeras, lo que deteriora sus condiciones ambientales naturales y afecta negativamente a su aprovechamiento.

Un estudio realizado en 2005 por Vincent Gauci de Open University, sugiere que cantidades relativamente pequeñas de sulfato presentes en la lluvia ácida tienen una fuerte influencia en la reducción de gas metano producido por metanógenos en áreas pantanosas, lo cual podría tener un impacto, aunque sea leve, en el efecto invernadero.

Soluciones
Entre las medidas que se pueden tomar para reducir la emisión de los contaminantes precursores de éste problema tenemos las siguientes:

Reducir el nivel máximo de azufre en diferentes combustibles.
Trabajar en conjunto con las fuentes fijas de la industria para establecer disminuciones en la emisión de SOx y NOx, usando tecnologías para control de emisión de estos óxidos.
Impulsar el uso de gas natural en diversas industrias.
Introducir el convertidor catalítico de tres vías.
La conversión a gas en vehículos de empresas mercantiles y del gobierno.
Ampliación del sistema de transporte eléctrico.
Instalación de equipos de control en distintos establecimientos.
No agregar muchas sustancias químicas en los cultivos.
Adición de un compuesto alcalino en lagos y ríos para neutralizar el pH.
Control de las condiciones de combustión (temperatura, oxigeno, etc.).

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